No creas que los pensamientos y las emociones deben desaparecer cuando meditas. Déjalos que surjan y espera a que se desvanezcan como lo hacen las olas en el océano. Meditar no es eliminar los pensamientos; lo que sí es, es conseguir que el intervalo que hay entre un pensamiento y otro se alargue más y más.
La cuestión no es cuánto dura tu meditación. Lo que cuenta es si la práctica te lleva a cierto estado de presencia mental. A veces, cinco minutos de meditación son más valiosos que veinte de adormecimiento.
Lo verdaderamente importante no es sentarse y meditar; lo que cuenta es el estado mental que se adquiere después de la meditación.
No salgas de la meditación demasiado aprisa. Permite que la calma que se generó con la práctica impregne los momentos inmediatos y que el efecto que se produjo se extienda por todo el día.
Como decía Dudjom Rimpoché: «No te levantes de un salto para salir corriendo; haz que el estado mental que lograste con la meditación se mezcle con la cotidianeidad de la vida».
Y, por favor, no esperes tener visiones, percibir luces o ser testigo de algún milagro. Lo que obtendrás es algo ordinario, pero útil: notarás que tu mente, tus emociones y tu cuerpo, experimentarán una transformación sutil.
Sogyal Rimpoché
Tomado de El libro tibetano de la vida y de la muerte
Cómo seguir el camino?
No creas que los pensamientos y las emociones deben desaparecer cuando meditas. Déjalos que surjan y espera a que se desvanezcan como lo hacen las olas en el océano. Meditar no es eliminar los pensamientos; lo que sí es, es conseguir que el intervalo que hay entre un pensamiento y otro se alargue más y más.
La cuestión no es cuánto dura tu meditación. Lo que cuenta es si la práctica te lleva a cierto estado de presencia mental. A veces, cinco minutos de meditación son más valiosos que veinte de adormecimiento.
Lo verdaderamente importante no es sentarse y meditar; lo que cuenta es el estado mental que se adquiere después de la meditación.
No salgas de la meditación demasiado aprisa. Permite que la calma que se generó con la práctica impregne los momentos inmediatos y que el efecto que se produjo se extienda por todo el día.
Como decía Dudjom Rimpoché: «No te levantes de un salto para salir corriendo; haz que el estado mental que lograste con la meditación se mezcle con la cotidianeidad de la vida».
Y, por favor, no esperes tener visiones, percibir luces o ser testigo de algún milagro. Lo que obtendrás es algo ordinario, pero útil: notarás que tu mente, tus emociones y tu cuerpo, experimentarán una transformación sutil.
Sogyal Rimpoché
Tomado de El libro tibetano de la vida y de la muerte
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