Causas y consecuencias para cultivar un buen
corazón
“En el Mahayana hay incontables y profundas
instrucciones, pero la esencia de todas ellas es que es necesario adiestrar a
la mente: liberarse del apego y el odio, disipar todo lo que la obscurece y le
impide percibir claramente y dedicar los resultados de todas nuestras acciones
positivas en beneficio de todos los seres. Cultivar la bodhichita, la mente
determinada a alcanzar la iluminación es considerar cualquier cosa que uno hace
–ya sea una sola postración, recitar un rosario de mantras o tener un buen
pensamiento- es para el beneficio de todos los seres. Esa es la aspiración más
preciosa: alcanzar la iluminación únicamente para beneficiar a los demás”[1].
“En esencia, el tener el espíritu del despertar
significa tener un buen corazón. Pero no es un estado mental que puedes generar
simplemente con el desear que los demás obtengan la felicidad y trasciendan el
sufrimiento. Debes desarrollarlo con la convicción de que obtener la felicidad
y dejar de sufrir es posible y motivado por ello desarrollar una profunda
aspiración de brindar a otros bienestar de la mejor manera posible. Este
sendero incluye a la compasión y la sabiduría”[2]
“¿Cómo desarrollamos la capacidad de apreciar a
otros seres sintientes? ¿Cómo cultivamos un sentido de conexión y afecto hacia
ellos? Históricamente hay dos aproximaciones principales: el método de las
siete causas y sus consecuencias y el método de intercambiar el yo por el otro.
El elemento principal en el método de las siete
causas y sus consecuencias es cultivar un sentimiento de cercanía con los otros
seres sintientes y practicar con esa base. Nos enseña, paso a
paso, a trabajar primero con los aspectos elementales en nuestra mente,
reconocer que cada ser, por similar o distinto que sea a nosotros, anhela lo
mismo: la felicidad. De ese simple reconocimiento nos muestra cómo darnos
cuenta del profundo lazo que nos une a todos los seres, humanos o no, cultivar
nuestra bondad, nuestra compasión y el anhelo de retribuir todo el bien que
hemos recibido de innumerables formas.
[1] Dilgo Khyentse La esencia de la Compasión. Las treinta y Siete
Prácticas de los Bodisatvas. Ed. Dharma pp52-53.
[2] SS Dalai Lama (2012) From Here to Enlighment. An Introduction to
Tsong-Kha-Pa´s Classic Text The Great Treatise on The Stages of the Path to
Enlighment. Snow Lion, pp 105-106.
Causas y consecuencias para cultivar un buen corazón
“En el Mahayana hay incontables y profundas instrucciones, pero la esencia de todas ellas es que es necesario adiestrar a la mente: liberarse del apego y el odio, disipar todo lo que la obscurece y le impide percibir claramente y dedicar los resultados de todas nuestras acciones positivas en beneficio de todos los seres. Cultivar la bodhichita, la mente determinada a alcanzar la iluminación es considerar cualquier cosa que uno hace –ya sea una sola postración, recitar un rosario de mantras o tener un buen pensamiento- es para el beneficio de todos los seres. Esa es la aspiración más preciosa: alcanzar la iluminación únicamente para beneficiar a los demás”[1].
“En esencia, el tener el espíritu del despertar significa tener un buen corazón. Pero no es un estado mental que puedes generar simplemente con el desear que los demás obtengan la felicidad y trasciendan el sufrimiento. Debes desarrollarlo con la convicción de que obtener la felicidad y dejar de sufrir es posible y motivado por ello desarrollar una profunda aspiración de brindar a otros bienestar de la mejor manera posible. Este sendero incluye a la compasión y la sabiduría”[2]
“¿Cómo desarrollamos la capacidad de apreciar a otros seres sintientes? ¿Cómo cultivamos un sentido de conexión y afecto hacia ellos? Históricamente hay dos aproximaciones principales: el método de las siete causas y sus consecuencias y el método de intercambiar el yo por el otro.
El elemento principal en el método de las siete causas y sus consecuencias es cultivar un sentimiento de cercanía con los otros seres sintientes y practicar con esa base. Nos enseña, paso a paso, a trabajar primero con los aspectos elementales en nuestra mente, reconocer que cada ser, por similar o distinto que sea a nosotros, anhela lo mismo: la felicidad. De ese simple reconocimiento nos muestra cómo darnos cuenta del profundo lazo que nos une a todos los seres, humanos o no, cultivar nuestra bondad, nuestra compasión y el anhelo de retribuir todo el bien que hemos recibido de innumerables formas.
[1] Dilgo Khyentse La esencia de la Compasión. Las treinta y Siete Prácticas de los Bodisatvas. Ed. Dharma pp52-53.
[2] SS Dalai Lama (2012) From Here to Enlighment. An Introduction to Tsong-Kha-Pa´s Classic Text The Great Treatise on The Stages of the Path to Enlighment. Snow Lion, pp 105-106.