Aprovecha el día. No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte. Decir lo que sientes es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía pueden cambiar al mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.

Somos seres humanos llenos de pasión. La vida es desierto; pero también es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Y tú puedes aportar una estrofa…

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.

No caigas en el silencio, que es el peor de los errores. La mayoría vive en un mutismo espantoso. No te resignes, huye… «Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo», dijo el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples; pues, también se puede hacer poesía sobre las pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados. No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se alimentaron de nuestros poetas muertos, te ayudarán a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros, los poetas vivos. No permitas que la vida pase sobre ti, sin que la vivas…

Walt Whitman
Poeta estadounidense
(1819-1892)