Reflexión de la Semana

Entrenar la mente es posible

La mayoría de los seres humanos estamos perfectamente entrenados por el samsara y para el samsara.

Para tener celos, para aferrarnos, para estar angustiados y tristes, para vivir desesperados y anhelantes, para reaccionar coléricamente ante cualquier situación, no tenemos que hacer grandes esfuerzos.

El alto nivel de entrenamiento al que hemos sometido a la mente, hace que estas emociones negativas surjan espontáneamente.

Sin embargo, los maestros budistas de meditación saben cuán flexible y maleable es nuestra mente. Con un entrenamiento adecuado, todo cambio es posible.

Todo depende de la práctica y de la fuerza del hábito. Si nos consagramos a la confusión, nuestra mente se convertirá en una sombría maestra de confusión, experta en adicciones y perfectamente elástica y adaptable a sus esclavitudes.

Pero si nos dedicamos a meditar sobre la tarea que tenemos que realizar para liberarnos del engaño, con tiempo, paciencia y disciplina, nuestra mente empezará a deshacer sus propios nudos y descubrirá la dicha y la claridad esenciales que posee.

Conceptos tomados del libro
″Destellos de sabiduría″ de
Sogyal Rinpoche